Algunas semanas atrás una noticia recorrió los medios de todo el mundo y se pudo leer en algunas pocas publicaciones de América Latina: se entregaron una vez más, como todos los años, los premios Pulitzer al Periodismo, Literatura, Drama y Música. La noticia podría haber pasado como una curiosidad más excepto por un pequeño detalle que los medios de comunicación tradicionales no destacaron: por primera vez en la historia, dos de las catorce categorías de premios al periodismo fueron entregados a publicaciones que nacieron y se destacaron como medios online, es decir, en el ámbito de Internet.

En la categoría “Editorial Cartooning” fue premiado Matt Wuerker  de POLITICO.COM (www.politico.com). Este medio fue fundado apenas 5 años atrás, el 23 de enero de 2007, por Allbritton Communications para cubrir básicamente noticias políticas y con un énfasis destacado en las campañas electorales de los Estados Unidos. No es el único medio digital con foco en la política (también se destaca THE HILL, www.thehill.com), pero indudablemente el hecho de ser una publicación joven basada en internet le otorga una distinción especial.

Por otro lado, un medio digital que está haciendo historia recibió también su premio: en la categoría “National Reporting” fue distinguido David Wood de The Huffington Post (www.huffingtonpost.com). Este medio se ha convertido en una verdadera estrella en el mundo de los medios de comunicación desde que AOL (America On Line) pagó 315 millones de dólares en febrero de 2011 para adquirir el sitio. Fundado por Ariana Huffington en 2005 como un medio online y agregador de noticias de más de 6 mil blogs, en junio de este año ocupaba el puesto global número 96 de Alexa (25 en Estados Unidos), a partir de más de más de 26 millones de lectores mensuales sólo en su país, que siguen sus artículos sobre política, medios, negocios, entretenimiento, moda y otros temas, siendo el segundo medio en Internet detrás sólo de The New York Time. Mientras tanto, han comenzado a expandir e internacionalizar la publicación con el mismo esquema de trabajo, a partir de ediciones en francés, español y otros idiomas.

Ahora bien, todo esto podría pasar como una curiosidad de los medios, si no fuese porque el hecho de que un premio tan sólido y tradicional como los Pulitzer se hayan entregado por primera vez a dos medios que nacieron en internet, no hace más que reforzar simbólicamente una tendencia de enorme gravitación en nuestra profesión: el periodismo on line comienza a competir de igual a igual con los medios tradicionales, acentuando una tendencia sin retorno. La noticia cobra aún mucho más peso cuando comprobamos que muchísimos profesionales de Comunicaciones y Relaciones Públicas se resisten a aceptar y entender este fenómeno, y aún enfocan sus esfuerzos en los medios tradicionales descuidando a los nuevos medios de comunicación nacidos en internet.

Para entender lo que está pasando, es necesario conectar todas las tendencias tecnológicas que han creado este fenómeno. La primera ellas indudablemente ha sido el nacimiento de Internet en los años 90 y sobre todo de la WEB 2.0 hace alrededor de 10 años. El mundo 2.0 es el territorio de la verdadera comunicación, a partir de la posibilidad de los lectores de dejar sus comentarios, interactuar con otros lectores y convertirse en “opinadores” frecuentes de cada uno de los fenómenos cotidianos. Todos los medios basados en internet han incorporado la posibilidad de que los lectores agreguen comentarios. Sin embargo, dos fenómenos se destacan:

1.      La aparición de millones de blogs y de la figura del “bloguero”, donde tanto profesionales como individuos comunes se convierten en líderes de opinión de miles de lectores que los siguen. Sitios como The Huffington Post se nutren de blogueros cuyos artículos automáticamente se suben al medio y alcanzan a millones de individuos.

2.      El nacimiento de las redes sociales, que genera un poderoso fenómeno de comunicación entre pares, que desplazan a su vez a los líderes de opinión tradicionales – expertos en su área – como individuos a los cuales seguir.

Otro fenómeno que alimenta esta tendencia es la “movilidad”, representada por la aparición de cada vez más poderosos y atractivos dispositivos móviles que nos permiten acceder a la información desde cualquier lugar donde estemos. Teléfonos móviles y tablets son protagonistas de esta tendencia. Potenciados por redes inalámbricas cada vez más potentes (como la 4ta. Generación, que está llegando a los países desarrollados), dispositivos con procesadores más poderosos y software más inteligente, la “movilidad” se está convirtiendo en un fenómeno poderoso y en una tendencia sin retorno.

Basta que nos hagamos una pregunta y la respondamos con sinceridad: ¿Cuántos minutos pasamos por día frente a un periódico o revista impresa? ¿Y cuánto lo hacemos frente a una computadora? Los hábitos han cambiando drásticamente en los últimos años. Cada vez leemos más, pero no necesariamente periódicos o revistas impresas, sino los que publican sitios de internet, medios que nos llegan por email o lo que nuestros amigos y colegas publican en las redes sociales.

Muchas de las publicaciones cuentan con sus ediciones especialmente preparadas para dispositivos electrónicos móviles como tablets y teléfonos celulares, permitiendo no sólo recibir y leer información, sino también interactuar con el medio compartiendo comentarios e imágines. Lo mismo sucede con las redes sociales, a las cuales se accede a través de dispositivos móviles conectados a redes celulares y a través de Wi-Fi. Esto remarca una transformación dramática en la interacción de los usuarios con los medios, convirtiendo a cada individuo en un lector móvil y hasta virtualmente en un “periodista”, a partir de su capacidad de informar con imágenes y texto, un fenómeno que se conoce como el de los “periodistas ciudadanos”. Sea en los medios o en las redes sociales, este fenómeno de los ciudadanos opinando sobre distintos temas ha logrado un éxito fabuloso, demostrando que cada día más, las personas confían más en sus pares – otras personas iguales a ellos – que en los viejos y tradicionales líderes de opinión.

¿En consecuencia, cuál es el futuro del periodismo? ¿Y cuál es el futuro de nuestra profesión?

A lo largo de los últimos cien años, la aparición de cada medio modificó el accionar de los comunicadores profesionales, obligándolos a entender y adaptarse a las nuevas realidades. Cuando sólo había medios impresos apareció la radio. Y luego el cine. Y la televisión. E incluso la TV por cable o satelital, con sus cientos de opciones. Y la grabación de video en un tape reproducible instantáneamente. Y la transmisión en vivo. Y finalmente Internet y las redes sociales.

Sin embargo, el cambio que está viviendo o podría vivir el periodismo es tan grande que modificaría muchas de las reglas de juego de la comunicación corporativa. Ya no se trataría sólo de adaptarse a un nuevo medio surgido por una innovación tecnológica, sino de profundos cambios esenciales en la esencia del periodismo mismo.

Imaginemos algunos escenarios. Actualmente se está experimentando con computadoras e inteligencia artificial con el objetivo final de que las mismas redacten noticias simples, como por ejemplo algunas crónicas. Al mismo tiempo, ya hay muchos medios que alimentan sus noticias y sobre todo su contenido editorial con el aporte voluntario de cientos o miles de blogueros, que escriben temas de su interés en sus propios blogs con re-publicación automática en un medio basado en internet. Algunos medios, como Voice of San Diego y TheTexasTribune, han ido aún más lejos y aceptan noticias y crónicas de ciudadanos de su propia ciudad (“periodismo ciudadano”, como mencionamos antes). Son medios sin fines de lucro que buscan representar a su comunidad.

El lector, a su vez, cada vez más puede no sólo participar en la construcción de la noticia con sus propios aportes, sino basarse en diferentes aplicaciones que le permiten seguir sólo las noticias que les interesan.

Ante esta situación, ¿con quienes hablarían las organizaciones en los medios de comunicación, si las propias noticias ya no serían generadas sólo por los periodistas? Es un desafío para resolver. Todo esto no hace más que obligarnos a los comunicadores profesionales a adaptarnos a los nuevos tiempos y las nuevas tecnologías. Todavía estamos aprendiendo cómo movernos en este nuevo mundo. Pero está claro que cada vez más la comunicación debe ser abierta, transparente y participativa, escuchando a los usuarios que hablan a través de las redes sociales y participando de la conversación. El tono y la actitud debe ser más humilde y humano, con más sentido del humor para aceptar los comentarios. Los usuarios establecen conversaciones, y en ese marco deben darse las relaciones. Es necesario crear comunidades alrededor de la empresa que permitan una verdadera comunicación de dos vías entre la empresa o institución, y sus públicos.