No importa si como Comunicador su foco es Asuntos Públicos, Relaciones con Medios o Redes Sociales, entre tantas posibilidades diferentes que ofrece nuestra actividad. Lo cierto es que en este nuevo año los comunicadores deberemos seguir algunas tendencias que vienen impactando o impactarán el modo en que realizamos nuestra profesión. Ellas son:
La tecnología seguirá influyendo directamente en nuestro trabajo
Lo viene haciendo hace años y lo seguirá haciendo de modo firme en el futuro. El tráfico de información será móvil y por Internet. Noticias explosivas serán originadas a través de los dispositivos móviles de ciudadanos comunes y explotarán en las redes sociales. Algunas impactarán fuerte a empresas y otras organizaciones. Todo esto, en síntesis, seguirá influyendo en el modo en que realizamos nuestro trabajo. Hasta el cambio de siglo los comunicadores podían centrar su actividad en sus relaciones personales. Una buena agenda, un teléfono y algunos almuerzos alcanzaban para “comunicar”. El Siglo XXI impone una nueva generación de “Tecno Comunicadores”, o sea expertos en nuevas tecnologías que sean rápidos para adaptarse a los cambios tecnológicos. Lo vivirán de un modo tan natural y fluido que ni siquiera sabrán que lo son al menos que se comparen con las generaciones anteriores.
Las redes sociales y otras aplicaciones
¿Qué duda cabe que las
redes sociales seguirán en el centro del flujo de intercambio de datos de los usuarios? ¿Qué duda cabe acaso en pleno 2014 que las empresas que no tengan una estrategia para las redes sociales serán más vulnerables a riesgos para su reputación? Los usuarios y ciudadanos disconformes manifiestan sus quejas a través de las redes, compartiendo sus opiniones públicamente. Tan sólo haga un ejercicio: este año propónganse seguir las discusiones en Facebook o “trend topics” en Twitter en relación a la Copa Mundial de Futbol 2014, y verán de lo que estamos hablando. Esto también refuerza la idea que las organizaciones deben generar contenido multiplataforma, de modo de alcanzar a sus audiencias sin importar cuál sea la fuente de su información. Hay otra tendencia a seguir: los jóvenes y otros grupos específicos comienzan a conversar más a través de grupos cerrados de Facebooks, Whatsupp y otras aplicaciones similares, lo que significa que muchos flujos de conversación serán cerrados y privados, en lugar de públicos.
Cambios en los medios
Otra tendencia que sigue, obviamente con rumbo a afianzar Internet como la plataforma central de las comunicaciones en el Siglo XXI. Muchos medios tradicionales, sobre todo impresos, perderán protagonismo o cerrarán sus puertas. Ya hemos visto bastantes noticias como esta y las seguiremos viendo en 2014. Internet será la plataforma central o bien obligatoriamente complementaria de otras plataformas, como los medios impresos, TV y radio. Eso significa menos control de la información que circula, que a su vez crece exponencialmente. Y por lo tanto, nuevos desafíos para que los comunicadores transmitan sus mensajes a sus respectivas audiencias. También significa, como dijimos antes, que el contenido de nuestros mensajes debe ser multiplataforma, de modo de aumentar las probabilidades de llegar a nuestras audiencias.
Cambios en los periodistas
Hasta hace poco los periodistas eran parte del mobiliario de una redacción. Cuando uno visitaba un periódico o un canal de televisión los encontraba en sus escritorios, investigando o escribiendo sus noticias en sus computadoras de escritorio. Veinte años atrás bastaban dos visitas para conocer una redacción entera. La tendencia actual es que cada vez más veremos menos a los periodistas y conoceremos menos sus rostros, salvo que organicemos encuentros específicos o asistan a algún evento. Los periodistas serán más móviles. Nos contactaremos por email y teléfono. E incluso muchos colaboradores importantes de los medios ni siquiera serán periodistas, sino especialistas en sus temas. En consecuencia, ¿a quiénes deberemos dirigir nuestros mensajes? ¿Quiénes integrarán nuestra audiencia? Otro desafío creciente para enfrentar este año.
Cambios en las costumbres de los usuarios
El CEO de Google, Eric Schmidt, dijo al empezar el año que el 2014 será el año en que veremos Smartphones por todos lados. “
El mayor cambio para los consumidores (en el año 2014) es que cada uno tendrá un Smartphone”, afirmó. ¿Qué significa eso? El poder para: conversar, informarse, opinar, fotografiar, grabar imágenes y sonidos, participar en redes sociales, reportar un suceso público y subirlo a Internet en el instante, chatear con otros, leer noticias, contar con aplicaciones para todos los gustos entre más de un millón de posibilidades… En otras palabras, un poder enorme para los individuos, que seguirán modificando sus hábitos de consumo de noticias e intercambio de información. No importa si la plataforma es Android de Google, IOS de Apple o la creciente Windows Phone. Los usuarios estarán más conectados que nunca antes en la historia de la humanidad.
Tensiones económicas y sociales
El año pasado vimos manifestaciones gigantes en Brasil, protestas en Argentina y Venezuela, y otros tantos movimientos populares. Muchos fueron impredecibles y sorpresivos. La noticia es que esto seguirá pasando. Las tensiones económicas y sociales siguen vigentes en América Latina, y los ciudadanos – afortunadamente – cada vez más se consideran con el derecho de reclamar mejoras en su estándar de vida. Definitivamente, los gobiernos y los comunicadores que trabajan en el ámbito gubernamental deberán estar más atentos que el resto. Sin embargo, no hay que bajar la guardia. Los impactos podrán hacerse sentir en empresas y otros tipos de organizaciones.
Elecciones
Como ocurre habitualmente, las elecciones y cambios de funcionarios generan desafíos para los comunicadores especializados en asuntos públicos, y temas nuevos a seguir por parte de empresas y organizaciones. Será importante recordar que este año habrá elecciones presidenciales en El Salvador, Costa Rica, Panamá, Colombia, Brasil, Uruguay y Bolivia, y elecciones legislativas en Costa Rica, Colombia, Panamá, República Dominicana, Brasil, Uruguay y Bolivia. En otras palabras, nuevas causas de tensión en los países y nuevos desafíos para quienes trabajan en comunicaciones con funcionarios y legisladores.